Metrosexual
Publicado originalmente el 24-02-2005 aqui
Querido diario:
Hoy he decidido convertirme en metrosexual. ¿Qué es un metrosexual? Pues, querido diario, el metrosexual es el hombre triunfador del futuro. Básicamente es un heterosexual que usa todos los trucos de los homosexuales para, en un intento desesperado, acercarse a las mujeres. Ya sea fingir que te gusta ir de compras, vestir a lo fashion-victim, o untarte el culo de cremas para que te huela a coco. Una vez transformado en metrosexual, las mujeres empiezan a invitarte a que las acompañes de compras, a que les aconsejes potingues, o incluso a que se los extiendas por la espalda.
¿Por qué he tomado esta iniciativa? Pues porque creo que ya esta bien de que mi vida sexual se reduzca a rascarme las pelotas cuando me despierto por la mañana con la tienda de campaña en todo lo alto. Todo macho ibérico heterosexual masculino tiene una sola cosa en mente, las hembras, y como tal hace todo lo que puede para, en situaciones de caza o asedio, tener una posición ventajosa. La transformación es progresiva y te explicaré detalladamente lo que tienes que hacer para pasar de ser un gañán ibérico a un autentico y triunfador metrosexual.
Paso primero: Acicalamiento corporal hasta extremos surrealistas
Tienes que aprender que tu cuerpo es el templo supremo sobre el que centrarás toda tu vanidad. Te levantarás todos los días temprano para hacer abdominales y flexiones y así moldear tus abdominales y pectorales. Cuanto mas rectangulares sean, más atraerás a la hembra, es como si te colgaras bengalas de los pezones y el ombligo, igual, pero sin chispitas saliéndote de las tetas.
Tienes que pelarte todo el pelo del cuerpo, sin excusas, olvidate de eso de “el del ojete no cuenta que no se ve”, da igual que no se vea, te lo pelas y punto. Ya sabes, te vas a una esteticista y que te unte en cera. Es como echarte mierda calentita por encima y arrancártela cuando esta reseca, solo que sin tener que mantener la mierda de tres días caliente para poder untartela.
Tienes que untarte y conocer unas cien cremas distintas. Cuantas más cremas mejor, porque así tienes más posibilidades de que al hablar con una tía de potingues, ya lo hayas probado y puedas tirarte el royo. No dejes ningún recoveco sin untar, detrás de las orejas, entre los dedos de los pies, y por supuesto, el trozo ese entre el ojete y los huevos, que es el gran olvidado siempre en estas cosas.
Tienes que cuidar tu higiene personal. Corrige tus hábitos y creencias comunes que cito a continuación. Se acabo eso de “me cambio el gayumbo cuando tiene mancha marrón por delante y por detrás”. La teoría de “si cago poco, el gayumbo no se pringa” es incorrecta. Tus axilas no te otorgan un olor personal, te hacen oler chungo. Lavarse las manos después de mear, no es de marqueses, es de sentido común.
Paso segundo: La vestimenta.
Piensa un minuto cuantos julais conoces. Ahora recuerda: cada vez que te cruces con ellos, fíjate en lo mas ridículo que lleven puesto, e imitalo. Es decir, llevar diadema teniendo el pelo corto, usar cinturón cuando eres tan cool que te pones el pantalón por debajo del culo o usar bolso tan pequeño que acabes llevando todo en los bolsillos como siempre, son cosas que tendrás que dejar de considerar estúpidas.
Paso tercero: Accesorios.
Lleva siempre un abanico en el bolso, y abanicate siempre que alguien compita contigo por las hembras, pensaran que eres maricón y no te harán la guerra, mientras que las hembras te encontraran increíblemente cool el que no te guste sudar.
Ten siempre a mano una barra de cacao para los labios. Usar esa mariconada pringosa inservible hace que las mujeres piensen que te importa una mierda la textura que estos puedan tener cuando las besas, como si eso no fuera parte del intercambio que haces para poder jinkar.
Lleva siempre crema hidratante de manos, y untate de vez en cuando. El mero hecho de usarla, hará que las hembras se sientan impulsadas a tocártelas y decirte lo suaves que las tienes, aunque parezcan lija de tanto morderte los padrastros.
Una vez alcanzado todos estos puntos, lograrás tener un atractivo impensable sobre las mujeres. Seguirás siendo el mismo gañán zafio y torpe que antes, pero ahora, tu conocimiento sobre potingues saca cuartos, tu mimética en el vestir adaptándote a la imagen del julai pierde-aceite, y tu capacidad para surtir a las hembras de suministros de maquillaje, les hará sentir que están con el hombre ideal, aunque en realidad, solo estén con el mismo gañán jinkador, disfrazado de payaso.
Querido diario:
Hoy he decidido convertirme en metrosexual. ¿Qué es un metrosexual? Pues, querido diario, el metrosexual es el hombre triunfador del futuro. Básicamente es un heterosexual que usa todos los trucos de los homosexuales para, en un intento desesperado, acercarse a las mujeres. Ya sea fingir que te gusta ir de compras, vestir a lo fashion-victim, o untarte el culo de cremas para que te huela a coco. Una vez transformado en metrosexual, las mujeres empiezan a invitarte a que las acompañes de compras, a que les aconsejes potingues, o incluso a que se los extiendas por la espalda.
¿Por qué he tomado esta iniciativa? Pues porque creo que ya esta bien de que mi vida sexual se reduzca a rascarme las pelotas cuando me despierto por la mañana con la tienda de campaña en todo lo alto. Todo macho ibérico heterosexual masculino tiene una sola cosa en mente, las hembras, y como tal hace todo lo que puede para, en situaciones de caza o asedio, tener una posición ventajosa. La transformación es progresiva y te explicaré detalladamente lo que tienes que hacer para pasar de ser un gañán ibérico a un autentico y triunfador metrosexual.
Paso primero: Acicalamiento corporal hasta extremos surrealistas
Tienes que aprender que tu cuerpo es el templo supremo sobre el que centrarás toda tu vanidad. Te levantarás todos los días temprano para hacer abdominales y flexiones y así moldear tus abdominales y pectorales. Cuanto mas rectangulares sean, más atraerás a la hembra, es como si te colgaras bengalas de los pezones y el ombligo, igual, pero sin chispitas saliéndote de las tetas.
Tienes que pelarte todo el pelo del cuerpo, sin excusas, olvidate de eso de “el del ojete no cuenta que no se ve”, da igual que no se vea, te lo pelas y punto. Ya sabes, te vas a una esteticista y que te unte en cera. Es como echarte mierda calentita por encima y arrancártela cuando esta reseca, solo que sin tener que mantener la mierda de tres días caliente para poder untartela.
Tienes que untarte y conocer unas cien cremas distintas. Cuantas más cremas mejor, porque así tienes más posibilidades de que al hablar con una tía de potingues, ya lo hayas probado y puedas tirarte el royo. No dejes ningún recoveco sin untar, detrás de las orejas, entre los dedos de los pies, y por supuesto, el trozo ese entre el ojete y los huevos, que es el gran olvidado siempre en estas cosas.
Tienes que cuidar tu higiene personal. Corrige tus hábitos y creencias comunes que cito a continuación. Se acabo eso de “me cambio el gayumbo cuando tiene mancha marrón por delante y por detrás”. La teoría de “si cago poco, el gayumbo no se pringa” es incorrecta. Tus axilas no te otorgan un olor personal, te hacen oler chungo. Lavarse las manos después de mear, no es de marqueses, es de sentido común.
Paso segundo: La vestimenta.
Piensa un minuto cuantos julais conoces. Ahora recuerda: cada vez que te cruces con ellos, fíjate en lo mas ridículo que lleven puesto, e imitalo. Es decir, llevar diadema teniendo el pelo corto, usar cinturón cuando eres tan cool que te pones el pantalón por debajo del culo o usar bolso tan pequeño que acabes llevando todo en los bolsillos como siempre, son cosas que tendrás que dejar de considerar estúpidas.
Paso tercero: Accesorios.
Lleva siempre un abanico en el bolso, y abanicate siempre que alguien compita contigo por las hembras, pensaran que eres maricón y no te harán la guerra, mientras que las hembras te encontraran increíblemente cool el que no te guste sudar.
Ten siempre a mano una barra de cacao para los labios. Usar esa mariconada pringosa inservible hace que las mujeres piensen que te importa una mierda la textura que estos puedan tener cuando las besas, como si eso no fuera parte del intercambio que haces para poder jinkar.
Lleva siempre crema hidratante de manos, y untate de vez en cuando. El mero hecho de usarla, hará que las hembras se sientan impulsadas a tocártelas y decirte lo suaves que las tienes, aunque parezcan lija de tanto morderte los padrastros.
Una vez alcanzado todos estos puntos, lograrás tener un atractivo impensable sobre las mujeres. Seguirás siendo el mismo gañán zafio y torpe que antes, pero ahora, tu conocimiento sobre potingues saca cuartos, tu mimética en el vestir adaptándote a la imagen del julai pierde-aceite, y tu capacidad para surtir a las hembras de suministros de maquillaje, les hará sentir que están con el hombre ideal, aunque en realidad, solo estén con el mismo gañán jinkador, disfrazado de payaso.


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